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domingo, 2 de septiembre de 2018

RETREPARTE EN ÉL



«Allí era donde compraban las hamburguesas y 
las Coca-Colas antes de conducir hacia el norte 
por los caminos de tierra sin nombre, hacia las llanuras abiertas, 
los dos solos a esa hora del día en que el cielo 
empieza a hacerse más profundo y a llenarse 
de color y empiezan a verse las primeras estrellas, 
cuando los pájaros vuelan de regreso a su hogar.»
―Kent Haruf―



El hombre que vale un universo la pena es el hombre de sentimientos profundos, el hombre que escribe amor en mayúsculas. El hombre que vale un universo la pena no vacila cuándo está con la mujer a la que ama, es faro, guía, norte y tótem. El hombre que vale un universo la pena es el hombre que teje complicidades contigo, que sucumbe a tus caprichos con una sonrisa y que arranca su camioneta y emprende un viaje a tu lado, en silencio él y tú cantando por la bajini mientras contemplas su belleza serena; un viaje juntos, ―solo para dos―, metáfora de la vida, cuyo objetivo y destino siempre es el mismísimo horizonte. El hombre que vale un universo la pena es aquel en el que retreparse en él no solo es una postura sino también es una manera de vivir, pues retreparte en él, te da la magnitud y la medida de tus días; te alivia como llorar bajo la ducha, o como cuando todo va mal y alguien te dice que todo irá bien, o como cuando miras el firmamento y te enamoras de la luna. El hombre que vale un universo la pena es el que te hace reír en el momento apropiado y el que te toma en serio cuando tú más lo necesitas. El hombre que vale un universo la pena siempre es el que cuando te mira a los ojos está escribiendo vuestra historia con prosa que sabe a poesía. El hombre que vale un universo la pena es al que tienes ganas de abrazarte al final de la jornada para saber que todo está bien, puesto que retrepada en él, como una buganvilla se retrepa en una pared y la escala, alcanzas la luz de los días. El hombre que vale un universo la pena también es ese para el que tú eres su certeza y su calma. Compañera de aventuras y amiga. Amante y confidente. Es quien borra en tu cuerpo sus nostalgias y planea el futuro en tus ojos. Es el hacedor de tus sueños, tu particular inventor de sorpresas, el conseguidor de realidades, es el que te ama al pie de la letra. El hombre que vale un universo la pena es ese con el que te has dado cuenta de que a su lado no tienes necesidad de nada más, es ese con quien has aprendido a quedarte. Pero básicamente es el hombre con el que compartes la definición más exacta del amor, es decir: creer en algo que nadie más ve salvo vosotros dos. Y es, obviamente, con aquel que estás dispuesta a bailar un baile lento que te empape el alma durante una década, dos o tres, o lo que es lo mismo: una vida entera.



Besos y abrazos a tod@s.
María Aixa Sanz