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miércoles, 4 de marzo de 2020

EL PEÓN EN LA PARTIDA DE OTRO


«Vas a tener que aprenderte mi nombre para que yo me aprenda el tuyo.»
 [Deborah Levy]


Ventana de luz está harta. Sube la colina y al llegar a la cima se sienta sobre una roca plana como un plato llano y mira el horizonte y respira. Inhala, exhala. Una y otra vez hasta que la respiración atenúa su agitación.  No es nerviosa ni mucho menos alguien febril pero cuando se indigna y siente muchísima rabia, prefiere callar antes que estallar. El silencio es un aliado hasta que deja de protegernos. Es consciente de ello, pero en ese momento lo prefiere, porque también sabe que hay que escoger bien el momento de echar cuentas. Está harta de que los hombres le expliquen cosas, está harta de tener que ir demostrando a cada hora que es digna de confianza, está harta de notar como su talento,  su disciplina y su forma de trabajar molesta. Harta de no ser tratada como una igual, como una persona, sino como un subgénero, como un error. Lee en algunas miradas que lo lógico sería que fuese una inepta, que lo mejor para todos sería que no supiese ni deletrear, que  lo que debería ser es un peón en la partida de otro. No. No. No. Ventana de luz está hartándose a pasos agigantados del patriarcado también del amor romántico, de sus usos y de sus costumbres, de la superioridad inmoral, y menos mal se dice que ahora nos estamos despertando y poniéndonos en pie. Una sociedad donde la mitad de la población debe salir a las calles para que no nos maten, no nos violen, para reclamar a voz en grito el derecho a ser tratadas como lo es la otra mitad, es una sociedad enferma, se dice a sí misma. Huele a rancio a pachulí. Hace un rato su compañero de trabajo, un tipo que crece que cualquier labor desempeñada por él es la mismísima palanca que va a mover el mundo, y que la trata como si fuese retrasada,  le ha dicho: «Olvido que puedes pensar e incluso leer ensayos de economía agrícola sin despeinarte». A riesgo de darle una patada y romperle las costillas ha callado y se ha escapado  a la colina a respirar.  Escapado. Escapar. También está harta de escaparse, de vivir en una sociedad donde escaparte y no reaccionar brutalmente contra lo que te agrede es lo habitual. O nos levantamos del todo o van a reventar las costuras de nuestra paciencia de una manera nada pacífica, murmura. Dentro de unos días es ocho de marzo, en una sociedad sana, sería motivo de que sus gentes se avergonzaran de tener que reivindicar lo obvio. No vivimos en una sociedad sana y hay que levantarse para recordarlo todos los días del año, no sólo el ocho eme. Quedarse sentadas es ser cómplices de la superioridad obscena por haber nacido hombre,  de un amor romántico innoble, del patriarcado asfixiante que tan ricamente sigue apretando, como siempre ha hecho, los dedos alrededor de nuestros cuellos. Sin aire no podemos vivir. Es hora, pues, de abrir las ventanas.



Besos y abrazos a todas.
María Aixa Sanz. 

viernes, 8 de marzo de 2019

#LasMujeresDelLibroParamos 💜📚📖 #8Marzo


#8M Cuando parar significa no detenerse, avanzar  💜💪
#8Marzo2019 también, y por supuesto, las #mujeres paramos. 👭👭👭👭
@mujeresdellibro paramos 💜📚📖