«No
veo que haya crecido planta alguna todavía, más allá de los tímidos brotes en
los amentos de los sauces. Han comenzado ya a salir de entre sus brácteas, y
cuando uno las inspecciona de cerca, se puede detectar ya un cierto matiz rojizo
en las ramitas. Siempre nos sorprende el encuentro con el primer pájaro, el
primer insecto de la primavera. Nos parecen prematuros y no hay más prueba de
la primavera que ellos mismos, así que parece que son ellos quienes agarran la
estación y nos la traen, haciendo rodar el año. Así ocurre cuando escucho el
primer petirrojo o al primer azulejo, o cuando oteo los riachuelos y veo las
primeras chinches de agua haciendo sus pequeños círculos. Uno piensa: Ya están aquí y la naturaleza no puede
echarse atrás.»
Diarios
―Henry David Thoreau―