«Dejaba atrás los
colores lenteja, azafrán, beis. Una sórdida y oscura mortaja cubría los
primeros barrios periféricos, hasta que el día lanoso se despejó y las vallas
publicitarias, las fábricas, el canal con sus barcazas, los huertos con árboles
de troncos blancos, el ganado y los sauces y los campos llanos y verdes
emergieron misteriosamente, atrapados en una transparencia de muselina empapada
de azulete. La materia amorfa del cielo empezó a acolcharse para luego
abrirse y deshilacharse; un fantasma azul respiraba aquí y allá por las
vaporosas fisuras, y el aire estaba impregnado de una esencia luminosa
procedente de los rayos delicados e indirectos del sol, aún invisible. Haría
bueno.»
[#lecturasquesuman: Novelas de 12, es decir, las que te invitan a subrayarlas con un lápiz.]