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lunes, 24 de enero de 2022

24 de Enero ~ Diario natural 🌳🍃🍀🌾


Si cuando cocino me percibo en un tiempo aparte del tiempo y cuando escribo me sé en un tiempo fuera del tiempo; el tiempo que paso afuera en el exterior, al aire libre, en la naturaleza, lo entiendo como el tiempo en su totalidad. Un tiempo que lo abarca todo. Es lo que pienso unos minutos antes de notar que mis piernas, en definitiva, mi cuerpo se acompasa con mi corazón. Y,  en ese instante, caminar se convierte en un acto equilibrado, lleno de armonía en el que la mente vuela libre dibujándose en pensamientos vagabundos que siempre me llevan a territorios fructíferos. Es el cuarto lunes del año nuevo. Miro el cielo, las nubes ahí arriba corren empujadas por el viento; mientras que por aquí abajo, mi amado viento, hoy, todavía no ha hecho acto de presencia. Es cuestión de horas. A mediodía soplará a ras de mi oído. Estoy escribiendo mentalmente (mientras camino) la que será la primera entrada del veintidós en el segundo año del diario natural. Recogida ya la Navidad en cajas en el altillo del armario y guardada en el recuerdo como paño en oro, ahora sí que de verdad de la buena, la existencia torna a la rutina. Ahora puedo mirar a los ojos de enero y reconocerle en su energía positiva y en su vigor entusiasta, y agradecerle sinceramente tanto la una como el otro, pues con ellos me estoy abrigando desde que comenzó el año como si fuesen manto talismán o capa con superpoderes. Me sé bendecida por Dios por la manera en que he transitado de un año a otro. Le estoy inmensamente agradecida por el modo en que crucé la puerta, y por poder hacer frente (como si no viniera de dos años durísimos) a la actividad frenética que encontré esperándome al otro lado. La satisfacción de resolver bajo su atenta mirada (con salud, fortuna y talento) el camino y el entreno, el contar historias y los cocinados, ha hecho de mí en estos días mujer privilegiada y de enero el mejor de los comienzos. Sentada en el escaño natural observo con deleite el vuelo de los pájaros, digo sus nombres en voz baja para no molestar, con respeto contemplo su alegría y su libertad. Pienso detenidamente en la libertad. En el concepto: 《libre como un pájaro》. En cómo Dios nos hizo libres a cada uno de sus hijos. Y, también, en las formas descaradas con las que ciertos humanos que juegan a ser Dios nos la están arrebatando al resto. Jugar a ser Dios, mal asunto para quien se atreve. De los pájaros a la libertad, de la libertad a la revelación en la que mi mente repara antes de proseguir con el día y el camino. Miro a mi alrededor, observo todo lo que me envuelve, adivino, descubro, sé que en el mundo natural en el que vivo y también en el jardín de La Madriguera en el que disfruto, he aprendido a vivir mi vida en la calma y en el silencio, he fortalecido, valga la redundancia, mis fortalezas, y hallado la verdadera fuente de riqueza que es la fe, y así seguiré. Esa es la revelación. Así seguiré. De ese modo, seguiré. Manteniéndome alejada de lo que no representa ni expresa mi forma de entender el mundo. Las nubes siguen su propia maratón, obedeciendo al impulso de un viento que de momento no roza mi piel, pero que intuyo. Me levanto del escaño y continúo, un paso tras otro, un pie y otro pie, un latido y otro latido, y aunque ahora todavía no estén, en mi horizonte veo flores. También como metáfora. Pienso en la primavera, en el gesto confiado que se deposita siempre en el mes de marzo, en ver florecer el jardín, en la dulce caricia que será para mis ojos los brotes y colores de lo que en él sembramos. En la felicidad o el descontento que su libre decisión de florecer o no en el entorno de La Madriguera provocará en mí. Pienso en arreglos florales, en inundar la casa con pequeños y grandes jarrones. Pienso en sentarme a pensar, charlar y leer en el porche mientras tomo el sol. Con eso en mente camino por el invierno; sin prisa, atesorando cada uno de sus días. Y, en este enero, en mi caminar hay un profundo sentimiento de amor. 


“Dichosos todos los que temen al Señor, los que van por sus caminos. Salmo 128:1”


María Aixa Sanz 

(La Madriguera, 24 de Enero de 2022 ) 


** En la fotografía una de las raíces de peonía que sembramos. Son más de setenta entre bulbos y raíces de distintos tipos los que aguardan, por vez primera, la primavera en el jardín de La Madriguera.