DULCEMENTE satisfechos como estómagos recién alimentados, de ese modo caminan desde el cobertizo a la casa. En silencio, sin apenas mediar palabra, cada uno inmerso en su propio placer. Gratamente sorprendidos por cómo ha transcurrido la tarde. Les ha cundido y Nill ha estado genial. “Tras la cena, una vez en la buhardilla, realizaremos un resumen del trabajo pendiente y una lista con lo que debes conseguir. Por cierto, hermano, eres grande. Ha sido espectacular tu discurso, la puesta en escena, tu entusiasmo y las artimañas que como el buen contador de historias que eres, utilizas para seducir, como la idea de la abreviatura para nombrar el mueble y revestir el proyecto de seriedad", le confía Ryan a Colin cuando sus pasos se acompasan. “Gracias, Ryan. Te agradezco de corazón tus palabras. Seguro que va a quedar un MCN fabuloso tratándose de ti. No podría estar en mejores manos", le responde Colin. “¿Has visto a Six, cómo ha crecido, y en la muchachita determinada en la que se está convirtiendo?”, le pregunta Ryan a modo de contestación, secretamente ruborizado por el elogio de su hermano (jamás se va a acostumbrar a ninguna clase de elogio provenga de donde provenga) mientras aprieta el antebrazo de Colin como muestra de afecto y reconocimiento. Colin, asiente. “¿De qué habláis? ¿Habláis de mí? ¿Cuándo podré decirte todo lo que necesito, Colin?”, les interrumpe Six que se ha aproximado a ellos, sin ni siquiera los otros darse cuenta. “No. No hablamos de ti, curiosa. A la noche. Después de cenar", le responden a la vez, para seguidamente echarse los tres a reír y, a continuación, retarse a una carrera hasta la puerta exterior de la cocina de Beatrice. Y, sí, tal como lo han previsto: sucede. Un par de horas después, bajo la atenta mirada de Baltasara, vestidos ya con el pijama, y cuadernos de apuntes abiertos en mano, los tres están concentrados en resumir, concretar y repensar los aspectos del MCN que todavía permanecen en el aire. Convienen en que lo mejor es que el sábado después de presentarse a las diez de la mañana en el cobertizo de Nill, Colin se marche (si Nill también lo estima oportuno) con Mathilde y Broderick (los asistentes de la casa) aprovechando su visita semanal (para llenar la despensa) a la calle Principal de Leugimlegan (la población más cercana a Joly Nice House) donde están ubicadas tiendas a diestro y siniestro; y es posible adquirir en ellas, todo tipo de materiales, cachivaches y utensilios, fruslerías, comida, vestidos, artículos de papelería, pintura, regalos y reformas. Mientras tanto, mientras Colin como conseguidor se desplaza a realizar su parte del proyecto, tienen pensado que Ryan se quede con Nill en el cobertizo para comenzar con el MCN, y Six regrese a la buhardilla para en su pupitre preparar el dibujo de cada una de las acuarelas. En su paseo por los comercios de Leugimlegan, Colin, deberá comprar en la papelería Don Folio y Señora Carpeta: un cuaderno como libro de recuerdos para que Ryan escriba en él, el recuerdo más entrañable de la mejor Navidad de los que ahora son su familia en Joly Nice House, a ser posible de tapa dura con motivos navideños o a lo sumo de color rojo Navidad (puesto que sí, el rojo Navidad existe). Además deberá adquirir el papel de acuarela y acuarelas por estrenar para que Six dibuje sus escenas navideñas. Seguidamente entrará en la librería El provecho para adquirir en persona los ejemplares para el cajón de los libros de Navidad del MCN. Para rellenarlo no hace ni media hora que han seleccionado cuidadosamente los títulos en la revistilla bimensual que la misma librería imprime para anunciar las novedades en stock. En esta noche la han tomado prestada del despacho del Marqués de Tratratra (el dueño y señor de Joly Nice House) ya que la librería tiene la deferencia de hacérsela llegar por ser el marquesado, desde tiempo remoto, uno de sus mejores clientes. Las lecturas escogidas (de momento) son: ‘Canción de Navidad’, ‘La historia de la Navidad’, ‘El cascanueces’, ‘24 historias para esperar la Navidad’, ‘Santa Claus salva la Navidad’, ‘Los desposeídos: cuento de Navidad’, ‘Invierno en Viena', ‘Pudín de Navidad’, ‘Días de Navidad ‘, ‘Más allá del invierno, ‘Mujercitas’, ‘La casa hechizada’, ‘Cuentos de Navidad para noches de invierno’ y ‘Melodías clásicas de Navidad’. Debido al tamaño y número de los libros escogidos, Six y Ryan, aprovechan el momento para hacerle ver a Colin la idoneidad de las medidas elegidas para el MCN por ellos dos. “Ves, Colin como el MCN no tenía que ser demasiado pequeño”, le indica Six. “Entre ser demasiado pequeño y lo que vosotros os habéis propuesto: media un baúl. ¡Por el amor de Dios!" “¡No seas exagerado, Colin!”, sentencia Six, dando por finalizada la inexistente discusión, sonriendo para sus adentros. A estas alturas se ha dado cuenta ya de que hace con sus hermanos lo que le viene en gana, de que todo se lo consienten. Piensa que muy probablemente lo hará el resto de su vida. Tendrá un poder especial sobre esos dos muchachos. A Six le gusta sentirse así. Saberse poseedora de ese poder, y suspira fantasiosa. Sobre el último título, concretamente, sobre ‘Melodías clásicas de Navidad’ a Colin (ideólogo y conseguidor) se le ocurre la más mayúscula de las ideas según sus hermanos. Ha pensado en meterlo en el interior del cajón de sinfonías, al leer en la revistilla que de cada melodía además de su partitura, hay un audio. En cuanto a las melodías no son para nada despreciables, de ninguna manera hay que hacerles ascos, pues el libro está compuesto por ‘Festival de Navidad’ de Leroy Anderson, ‘El vals de los copos de nieve’ de Chaikovski, 'La marcha de los Reyes’ de Bizet, ‘Paseo en trineo’ de Delius, ‘La marcha’ de nuevo de Chaikovski, y ‘Alegría en el mundo’ de Haendel. Bien entrada la noche solamente les queda pensar el contenido del buzón mágico y, por otra parte, si debe ser un profesional o un aficionado quien haga el retrato familiar de los habitantes de Joly Nice House, porque además de fotografiarles deberá guardar el secreto sobre para qué es la instantánea. Más allá de eso, lo tienen todo bien atado. Así que deciden en esa hora (como ratoncitos) bajar a la cocina a calentar cuatro cuencos de leche (para Baltasara también, obvio) y subirlos con su bandeja preferida (una con Santa Claus sentado en la nieve rodeado de animales del bosque) a la buhardilla, de esa manera, podrán seguir pensando un buen rato más. Nadie sabe que en la buhardilla tienen escondida una lata de cacao soluble (espolvoreado con canela y aroma de vainilla) que añaden en secreto a los cuatro cuencos de leche. Tras beberlo a sorbitos el sabor en el paladar les hace relamerse los labios y el aroma en la nariz sentirse la mar de bien. Calentitos en la fría noche de noviembre. Con energía renovada deciden hacer otra tormenta de ideas pero esta vez para el buzón mágico; sin embargo, les resulta mucho menos exitosa que la anterior, y lo mejor que se les ocurre es adquirir en la misma papelería en la que Colin ha de comprar el cuaderno para Ryan y las acuarelas para Six, un paquete de sobres y papel de la mejor calidad, de buena textura y formato mediano, de color crema o hueso, y un par de bolígrafos de tinta dorada para colocarlo todo sobre el MCN y que cada cual se sirva. Una vez escrita la carta e introducida dentro del sobre y anotado el destinatario, los habitantes de Joly Nice House, sólo tendrán que abrir el cajón y dejarla dentro, sin sello y sin nada. Ahí está la magia. “Más práctico no puede ser”, opina Colin. “Verdaderamente, práctico es. Muy práctico y sobre todo mágico ”, dictamina Ryan. En cuanto a lo de la fotografía es Ryan quien sugiere pedírselo a Roderick, aficionado a la fotografía como es el asistente de la casa. “Aficionado de los buenos”, remarca Ryan. “De personalidad callada, creo que no hará muchas preguntas, y en caso de hacerlas, estoy seguro de que se guardará las respuestas para sí. Es de fiar. Totalmente", les dice Ryan a los otros dos. Tras estas palabras: levantan la sesión, bostezan, se mete cada uno en su confortable cama, y Baltasara sobre el edredón a los pies de Six, apagan las lámparas, se quedan a oscuras, y al rato, los cuatro duermen como marmotas.
LOS BUENOS. Historia n° 1
(Los buenos: doce historias en construcción)
© MARÍA AIXA SANZ, 2024
** Estas leyendo LOS BUENOS, continuación de LOS DESPOSEÍDOS, en línea y por entregas. Las entregas se publicarán los lunes y jueves del mes en curso hasta completar el total de la primera historia.
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