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lunes, 14 de junio de 2021

CUALQUIER TIEMPO PASADO ~ Epistolario del 21 ✒📮



Mi buena amiga, Alison:

Me presentas a Charlotte y Darlene, tus dos gallinas nuevas, a las que has bautizado con el nombre de dos de tus personajes preferidos de la serie ‘Ozark’. También a Winston, tu nuevo gatito. Me muestras imágenes. Una de ellas es de tu coqueto jardín al que le has añadido guirnaldas de bombillas como toque final para disfrutarlo aún más este verano. Me narras con emoción como al poder volver a rodar, te diriges a poder ser todos los mediodías a la casa donde creciste, allí vive todavía tu madre, y con ella te sientas a almorzar en la playa por la que de niños corríais tu hermano y tú. Te entristece, me confiesas, no poder revertir que la casa deje de ser de la familia cuando tu madre ya no esté. Pero, amiga mía, existirá en ti. No sé si es consuelo suficiente, pero la realidad es esa, no es otra. Todo existe en nosotros. Todo lo que hemos sido, todo lo que ha poblado y nutrido nuestra existencia para bien o para mal, está en nosotros hasta que dejemos de ser.  A menudo, mi irlandesa, (aunque te parezca una posición extrema) obtengo esperanza al recordar la finitud de la vida. Y más ahora en que (a todas luces y descaradamente) todo conspira para destruir el mundo en el que crecimos y en el que actualmente vivimos. Me satisface pensar que si acaba siendo así (que lo será) los que en estos momentos planean al dedillo la exterminación de nuestra manera de estar en el mundo no van a verlo con sus propios ojos. Como me contenta saber que yo misma tampoco voy a verlo, ni siquiera a estar. Por tanto, no tendré que acostumbrarme a lo que no quiero, ni a renunciar a lo que no deseo renunciar. Pero no me cabe la más mínima duda de que van a conseguir lo que pretenden. Porque, de hecho, ya han fabricado un virus para poner en jaque a la sociedad civil y reírse en la cara del más ingenuo de los ingenuos que vio en el virus una catástrofe natural. Han demostrado que pueden, han mostrado sin disimulo de lo que son capaces, han chascado los dedos frente al más tonto de los tontos para que despierte y aprenda que sus propósitos son serios e irreversibles y que no hay fuerza rival. Sé con rotundidad que algunos de los pobladores de este hermoso, imperfecto y viejo mundo nos opondremos. Nuestra resistencia será un acto cargado de dignidad, solemne en sus hechuras, para honrar la forma de vivir que nos lo ha dado todo, que nos ha amparado a lo largo de décadas. Sin embargo, también sé que de poco va a servir y que la finitud de nuestra existencia irá de la mano del fin de ese mundo. Así que mi querida Alison no te entristezcas por todo lo que no puedas revertir. Haz de ti tu morada. Porque de tus recuerdos, sueños e imágenes, del aroma del pasado en tu piel, de lo hermoso e imperfecto, de lo perfecto con aristas, de la cordura sensata y de la belleza a trompicones que habita lo que se extingue velozmente delante de tus ojos, la absoluta dueña y señora eres tú; y sólo ante Dios te es menester responder. Ahí nadie puede entrar jamás. Disfruta de la nostalgia de los días que están por venir (en tu jardín, con tus gallinas y tu gato, en la casa de tu madre sin medir el tiempo, en la playa de tu infancia) y de la alegría de los días que no regresarán, porque te pertenecen, son enteramente tuyos, son de tu íntima propiedad, son tus huellas en el MUNDO en mayúsculas. 

Deseo, mi queridísima Alison, que este hablar por no callar, te sirva de consuelo como a mí de desahogo. A este ritmo, dentro de poco, no será raro estar en lo cierto al pensar que cualquier tiempo pasado fue mejor. 

Escríbeme, por favor, cuando el verano se asome a tu amada Irlanda para contarme sus colores.


Te abrazo con el corazón.


María Aixa Sanz 

(La Madriguera, 14 de Junio de 2021 )