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viernes, 17 de junio de 2016

CUESTIÓN DE ACTITUD


Por una de esas extrañas tesituras en que la vida te coloca, esta semana he podido observar cuánto resquemor puede albergar una persona que no se siente guapa. Habitualmente la gente entre la que me muevo y me he movido durante mi vida es guapa y se siente guapa. Mi amigo Monkey que es testigo de mi vida puede dar fe de ello, además de ser también prueba de ello. Monkey es guapo a rabiar, Alberto es guapo hasta cortar la respiración y tengo muchos amigos por los que las chicas pierden la cabeza en menos que canta un gallo, puesto que se saben y se sienten guapos; y claro una se rodea de belleza, y entre unos y otros, se olvida por completo de que en el mundo también hay seres que se sienten feos. Cuando mi amigo Monkey lea este artículo posiblemente me tachará de frívola, a veces le da por ahí. En cambio, cuando mi amigo Mikey lea esto reflexionará. La realidad es que este artículo no va de una frivolidad, ni va de feos, sino va de cómo el sentirse feo hace que una persona se comporte de un modo u otro, cuando muy bien podría comportarse de una forma distinta. Como os contaba esta semana he podido comprobar en primera persona cómo alguien que se tiene así mismo como feo utiliza para trabar amistad con personas del otro sexo el victimismo, la lástima y el chantaje emocional, algo que a mí modo de ver, además de bastante triste, resulta cansino. Tan cansino como para cogerle de los hombros y zarandearle, diciéndole: «Basta ya. Basta de ir por ahí dando lástima. Basta ya de tanto resquemor y recelo.» Puesto que hay algo que toda persona que no se considera guapa debería saber y es que para ser guapo hay que ser guapo también por dentro. Si todo tu mundo interior está en equilibrio, más allá de la cara que uno tenga siempre se emana un grado de belleza que no pasa desapercibido. Pues hay millones de aspectos que pueden volver atractiva a una persona a los ojos de otra. Para mí la guapura es más un estado de ánimo que un hecho objetivo. Al fin y al cabo, la cara es el espejo del alma. Así que si hay alguien por ahí que no se considera lo suficientemente guapo, que vaya espabilándose, pues todo es cuestión de actitud. Todo lo demás son zarandajas. Pues pocas cosas hay más hermosas que una risa auténtica y cómplice. ¿Estáis o no estáis de acuerdo conmigo? Pues eso, feliz fin de semana.


Besos y abrazos a tod@s.
María Aixa Sanz.