LA TERRIBLE DUDA DE
LAS APARIENCIAS ―Walt Whitman―
«La terrible duda de las apariencias,
la incertidumbre de
que después de todo podamos estar
equivocados,
que acaso la
confianza y la esperanza no sean al fin más que
especulaciones,
que acaso la
identidad de ultratumba no sea más que una bella
mentira;
acaso las cosas que
percibo, los animales, las plantas, los
hombres, las
montañas, las aguas que corren
resplandecientes,
los cielos del día y
de la noche, los colores, las densidades,
las formas: acaso
estas cosas sean (como sin duda lo son)
simples apariciones,
y acaso lo verdadero sea algo que
quede aún por
conocer
(cuántas veces se me
ocurre pensar que no sé nada de ellas);
acaso pareciéndome
que son (como sin duda no hacen más que
parecer), desde mi
actual punto de vista, y podrían (como
naturalmente
resultarían) no ser nada de lo que parecen,
o nada en absoluto,
partiendo de puntos de vista del todo
distintos.
Para mí estas cosas
y otras semejantes encuentran curiosamente
respuesta en los que
me aman, en mis amigos queridos,
cuando el que amo
viaja conmigo o se sienta un largo rato
teniéndome de la
mano;
cuando el aire
sutil, impalpable, el sentido que las palabras
ni la razón
expresan, nos ciñen y nos penetran;
entonces sucumbo
bajo el peso de una sabiduría inaudita,
inexpresable,
permanezco silencioso y no pregunto nada.
No puedo resolver el
problema de las apariencias ni el de la
identidad de
ultratumba,
pero avanzo o me
detengo indiferente: estoy contento;
el que sostiene mi
mano ha satisfecho por completo a mi ser.»
[#lecturasquesuman:
Libros 12, es decir, aquellos en los que descubres cómo la vida palpita en cada
página.]