“¡VAYA! ESTO NO LO ESPERABA”, les confiesa Nill, secretamente orgulloso de que los tres inesperadamente formen parte de su existencia desde hace unos meses, y de poder ser partícipe y testigo de la clase de personitas en las que se están convirtiendo. Por supuesto, también, de constatar día tras día (en todo momento) de lo buen hermanos que son, de la lealtad y complicidad que comparten, y de los valores que poseen. “Os digo de entrada ya que sí. Contad conmigo”, les contesta Nill, y en ese instante, le es imposible discernir quién está más contento, si los chicos o él mismo. “Para ello tomaremos como guía la parábola de los talentos. Estoy seguro de que la conocéis”, les dice Nill. “Por supuesto. Mateo 25:14-30”, le responde Ryan. “Obviamente”, añade Colin. “Nos enseña la importancia de usar y desarrollar el don único y especial que Dios nos ha dado a cada uno (como el mío que es dibujar y pintar) para servir a los demás y hacer crecer su reino en la Tierra. Y nos advierte sobre las consecuencias de no usarlo de manera generosa y fiel", explica Six. “Correcto", les indica Nill. “Entonces cada uno de vosotros debe invertir en el proyecto su talento especial. A ver, ¿qué se os da bien? ¿Quién empieza? Bueno, de hecho Six, ya ha comenzado: se le da bien dibujar y pintar, de modo que además de dibujar y pintar las acuarelas, deberá aplicar una capa de tapaporos al mueble para seguidamente barnizarlo. Six se encargará de pintar el mueble”, les comunica Nill; y Six, no sólo rebosa alegría y orgullo, en ese minuto, es toda emoción. Piensa que jamás nadie le ha hecho un encargo de tanta responsabilidad, lo que para ella significa pasar de ser un apéndice, un personaje secundario de la historia de Joly Nice House a ser protagonista. ¿Y a quién no le gusta ser protagonista de su propia vida y de la de aquellos a los que ama?, se dice. “Bueno, a mí no se me da mal la carpintería. Me gusta el trabajo al detalle, minucioso y solitario, no me extrañaría que ese fuese mi don. Pues no le temo, todo lo contrario. E intuyo, Nill, que estoy siendo un buen aprendiz tuyo. Por ello creo ser capaz de poder fabricar el MCN. Pero solamente si tú también me ves capaz. La última palabra es tuya, Nill”, confiesa Ryan, que es el primero en hablar; y que además, durante todo el verano ha estado ayudando a Nill en las tareas de jardinería y de mantenimiento de Joly Nice House. Colin y Six tras oír a su hermano, miran expectantes a Nill. “Por supuesto, Ryan. Eres muy capaz, y sé que puedes hacer un trabajo sobresaliente. Yo cortaré la madera y tú construirás y ensamblarás el mueble. Six lo pintará, y Colin…” , contesta Nill. “¡Lo lijaré! ¡Me pido lijarlo! Yo lo lijaré. Será un honor ”, les suplica Colin, entusiasmado al ver como su explicación ha sido un éxito y el proyecto va materializándose con acciones concretas. “Sí, eso es muy acertado, pero como no cabe duda alguna Colin de que tu don principal es convencer a la gente y contar historias, al mismo tiempo, deberás conseguir el material que debe ir en cada uno de los cajones, más allá de lo que tus hermanos puedan ayudarte. Piensa que la máxima carga de trabajo físico va a recaer en ellos. De manera que debes hacerte cargo de todo lo demás”, le ordena Nill a Colin. “Acepto el desafío Nill, y me hago cargo del trabajo que va a recaer en las espaldas de Ryan y Six. Sé que lijar es lo de menos; por ello, como me propones, también seré el conseguidor de los interiores del MCN", les aclara Colin al resto, y el resto asiente. “Muy bien pensado, Colin. Tendrás que conseguirme un hermoso cuaderno como libro de recuerdos”, le indica Ryan. “Eso está hecho, hermano. Confía en mí”, le responde Colin, con el aplomo innato que posee quién se conoce a sí mismo lo suficiente para saber que por muy mal que le vayan las cosas: siempre le quedará un último recurso basado principalmente en su propio ingenio y talento. “Y yo Colin, necesitaré que compres…”, comienza a decir Six, pero se detiene al ver la mano en alto de Nill. “Disculpa, Six, no es que no vaya a ser interesante tu pedido a Colin, pero creo que si os parece bien podéis dejar para otro momento la lista de cosas a comprar, a conseguir por Colin. Ahora, lo primordial es diseñar un plan de trabajo. A ver, chicos: ¿qué días de la semana os podéis pasar por aquí sin trastocar vuestra rutina escolar?”, les pregunta Nill. Es Six quien contesta, pensando en el acierto que es que Nill les dirija. Puesto que lo de haberla interrumpido para configurar un horario es buena muestra de ello, y a ella acaba de ocurrírsele lo que le parece una brillante idea: “Los sábados apenas los tenemos ocupados y los domingos bastante libres. Podríamos crear un cuadrante y cada uno apuntarse en las horas en que esté disponible, de ese modo, igual nos asombra la cantidad de tiempo que tenemos para dedicarle al MCN de aquí a Navidad”, sugiere Six. “¡Brillante, Six! Muy buena idea. ¿A qué esperáis? Hacedlo ahora mismo", les ordena Nill (dando una palmada en el aire) para deleite de la chiquita. Y los tres sacan del portafolios de Ryan un folio en blanco y durante aproximadamente un cuarto de hora, vuelcan en él, el futuro de las siguientes semanas. Una vez terminado el dibujo y con las casillas al completo con sus nombres, se lo entregan a Nill que le echa un rápido vistazo y lo cuelga en la pared en el mismo gancho donde tiene colgado un calendario. “Bien. De ahora en adelante, no quiero que veáis este dibujo como un adorno de pared. Ha de ser vuestra guía y, en la medida de lo posible, cumplir a rajatabla lo marcado en él. Así pues: os espero a los tres aquí dentro de dos días, en concreto, el sábado a las diez de la mañana. Sin falta”, les exige Nill. “Sí, jefe", le responde Colin. Tres segundos después sus hermanos le imitan, y Nill disimula la sonrisa de júbilo que aflora de su corazón. Repara en que ama a esos chicos. Mientras tanto, Colin, piensa en los matices de la obediencia y la rebelión. Se dice a sí mismo: “La obediencia es esto, la disciplina también. Seguir al patrón con los ojos cerrados, si se aprecia a todas luces que es bueno el rumbo que lleva. De momento, Nill lo lleva. No se ha desviado, de lo contrario, yo sería el primero en poner pies en pared.” Le saca de sus pensamientos, de nuevo la voz de Nill: “Y ahora determinemos las medidas. ¿De qué tamaño a de ser el MCN? ¿Lo tenéis pensado?” “¡Como aquello!", grita Six. “Sí, como aquello”, sostiene Ryan, guiñándole un ojo a Six, para complacencia de esta. “No. No puede ser”, les responde Colin. “Sí que puede ser”, le indica Ryan. “Confía en nosotros, hermano. No refunfuñes, Colin. Ya verás qué bonito quedará“, le dice Six. “Bueno, si os empeñáis... Pero creo que se nos está yendo de las manos antes de comenzar“, protesta Colin.
LOS BUENOS. Historia n° 1
(Los buenos: doce historias en construcción.)
© MARÍA AIXA SANZ, 2024
** Estas leyendo LOS BUENOS, continuación de LOS DESPOSEÍDOS, en línea y por entregas. Las entregas se publicarán los lunes, miércoles y viernes del mes en curso hasta completar el total de la primera historia.
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